Esta ha sido la última etapa de nuestro periplo por la costa Oeste. Es una ciudad que sorprende, que llama la atención y que invita a volver. Su localización, a las puertas de la Bahía de San Francisco, le permitió; convertirse en el centro comercial y financiero de la región. Su espíritu abierto y tolerante la hicieron pionera de numerosos movimientos sociales. Y su capacidad innovadora la ha situado, junto con el resto de la Bahía, en el centro de la tecnología que es hoy el Silicon Valley. Por otro lado, el paisaje urbano es impresionante, con un continuo sube y baja con panorámicas imposibles y con una arquitectura poco convencional. La oferta gastronómica y de ocio es dificilmente comparable. Y además hay leones marinos en el mismísimo puerto. Quién da más?
Es un auténtico mundo de contrastes. Supongo que en su conjunto el periplo por la costa Oeste estaré siendo una experiencia muy pero muy digna de ser contada (cervecita mediante)por cierto ¿qué cerveza se bebe por alli?
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